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La tecnología marca el comienzo y el fin de distintas eras y la industria musical no es ajena a esta situación. En pocos años, el reinado de los cassettes abdicó a manos de los CDs, los cuales prácticamente ya solo existen en la nostalgia. En este sentido, con la irrupción de la tecnología de los NFTs, ¿qué cambios se vislumbran en la forma de crear y vender música?
Cuando se inicia una revolución o un gran cambio, es difícil dimensionar el alcance que tendrá. No obstante, desde sus albores, la aparición de los NFTs parece implicar un cambio mucho más grande que lo que fuera el simple paso de un soporte a otro, como fue en el caso de los cassettes a los CDs.
Esto se debe a que no solamente se trata del cambio de un soporte, como podría ser el paso del dinero en efectivo al uso de una chequera o una tarjeta de crédito. La tecnología blockchain tiene un impacto aún mayor, porque permite asegurar la propiedad y el intercambio entre personas sin necesidad de intermediarios.
Esto, en la música, abre nuevas puertas y posibilidades para los grandes artistas como así también para los artistas independientes, para aquellos que recién están comenzando, para los fans y seguidores, para aquellos que quieren apoyar o invertir en un proyecto musical…
Por ello, toda la cultura musical puede verse atravesada, con un potencial empoderamiento por parte de los individuos y una posible transformación de las formas en que actualmente se rige la industria de la música.
Los NFTs ya comenzaron a ser utilizados por artistas de distintos calibre; desde bandas legendarias hasta artistas que recién están comenzando. Y tanto unos como otros notan las nuevas posibilidades que abre esta tecnología para gestar nuevas formas de monetizar su arte.
En un artículo publicado recientemente en el blog de SPOZZ, hemos visto el caso de Arye, un músico y productor hip-hop que ha encontrado diversas formas de vender sus obras, contactar con sus seguidores y crear una comunidad.
Con los NFTs, los artistas pueden tokenizar no solo su música, si no también fragmentos de las letras de sus canciones, entradas para conciertos o productos exclusivos, lo que permite a artistas y creadores de contenidos ofrecer nuevas experiencias a su público. Y, a su vez, nuevas formas de monetización.
En la industria musical tradicional, gran parte de los beneficios los reciben las discográficas, agentes, distribuidores… Y, con las plataformas de streaming en Web2, el artista se queda con una parte aún más pequeña del pastel.
En tanto, con los NFT y el advenimiento de la Web3, se reducen los intermediarios y los fans o seguidores pueden hasta financiar a los artistas y participar de un porcentaje de los ingresos.
De esta manera, se potencia también la independencia de los artistas, en el sentido de que pueden lanzar singles directamente con el apoyo e inversión de los seguidores, pudiendo evitar los requerimientos que pudiera imponer, por ejemplo, una discográfica.
La revolución recién se ha iniciado. Es difícil saber los alcances que tendrá e incluso las nuevas posibilidades que gestarán estas nuevas tecnologías en algunos años.
En tanto, el surgimiento de plataformas Web3 en el sector de la música permite que los artistas puedan aprovechar de nuevas y diversas herramientas para crear, monetizar e interactuar con sus fans.
El modelo de financiación por parte de los fans puede impulsar un cambio radical en la forma de crear, financiar y promocionar la música. Esto tiene el potencial de ayudar a los artistas a obtener más independencia; o, quizás, a depender directamente de lo que anhelen los fans y no de lo que interpreten las discográficas que venderán más.
A su vez, según el tipo de licencia que tengan los NFTs de música, los fans pueden obtener un beneficio económico por las regalías futuras de una determinada canción.
Los NFTs son ítems únicos; no puede haber otro igual. En este sentido, puede ser que un artista musical lance una pieza única e irrepetible y la ponga a la venta.
Pero los artistas también pueden crear cientos o miles de copias de una misma canción y lanzarla al mercado. En este último caso, claramente, no serían NFTs en el sentido más estricto, aunque sí serían ítems coleccionables registrados en la blockchain de Ethereum, Polygon o BNB Smart Chain, por ejemplo.
En ocasiones, se utiliza el neologismo MFT para referirse a los NFTs de música. Y puede que usar el término MFT sea útil en muchas ocasiones, puesto que, según lo indicado previamente, no todos los ítems musicales son estrictamente NFTs.